Ya seas el empleador o el empleado, tu éxito depende de una sola cosa: la integridad. Hacer lo que prometes.

Prácticamente todos los trabajadores afirman dominar esta habilidad. Sin embargo, sabemos que esto rara vez ocurre y que probablemente podamos crear una larga lista de personas que ni siquiera han comenzado a dominarla. 

Si bien es muy probable que sea fácil identificar a quienes carecen de este rasgo, tómate el tiempo para preguntarte también:

¿Haces lo que dices que vas a hacer incluso aunque no te guste o no estés de acuerdo con la autoridad que está por encima de ti?

¿Haces lo que dices que vas a hacer a pesar de que el entorno no es el que esperabas o te dijeron que sería?

¿Haces lo que dices que vas a hacer incluso si requiere más de ti de lo que pensabas o te dijeron que sería el caso?

La integridad no tiene nada que ver con nadie más que contigo. O la tienes o no. Cuando nadie te ve, es cuando tu integridad está en juego.

En nuestra empresa, creamos sistemas para nuestros clientes que les permiten supervisar toda la actividad de su personal, incluso en situaciones de trabajo virtual. La realidad más decepcionante que nos encargan minimizar es la grave falta de integridad de los empleados de la empresa cuando creen estar fuera de la supervisión de sus superiores. Como empleado, hay tres medidas cruciales que puede tomar para disipar esta preocupación con sus empleadores:

1. Informar con frecuencia : Si se le asigna un proyecto, realice anotaciones constantes y periódicas en las plataformas de informes que su empleador ha creado para evaluar su actividad. Si su empleador no ha implementado ninguna plataforma formal de informes, cree una. Este enfoque proactivo transmitirá a sus superiores el mensaje claro de que usted posee la única cualidad que ellos saben que no se puede enseñar: la integridad. Además, todos sabemos que la integridad significa progreso con el tiempo, independientemente de dónde o para quién trabaje.

2. Vaya más allá de lo esperado : Los empleadores valoran a los empleados que van más allá de lo esperado para lograr resultados excelentes. Muchos empleadores tienen problemas con empleados que simplemente quieren hacer lo mínimo para sobrevivir. Esto genera desconfianza, falta de concentración y, sin duda, acorta la vida profesional que usted, como empleado, espera tener.

3. Manténgase en su carril: No pierda el tiempo entrometiéndose en otras áreas de la empresa fuera de su área de influencia. No lo contrataron para salvar el mundo ni para juzgar a quienes no rinden bien en su puesto. Lo contrataron para desempeñar con excelencia las tareas del puesto para el que fue contratado. Resista la tentación de ensalzarse menospreciando a los demás. Esto no es un buen augurio para la mayoría de los empleadores y, a menudo, causa más problemas de los que resuelve.

Ser un líder y una persona íntegra es simple: cumple lo que prometes. No siempre tienes que hacer más, pero ciertamente no hacer menos. Generarás valor ilimitado sin importar adónde te lleve tu futuro profesional.